En el siguiente post os voy a contar una historia que conocí hace varias semanas gracias a una alumna del curso de LSE online de Las Palmas de G. Canaria, esta historia trata sobre una orca sorda y me pareció interesante compartirlo con tod@s vosot@s. Espero que os guste.
En junio de 2010, la orca Morgan, fue encontrada herida en la costa de Holanda y trasladada a un delfinario holandés donde se recuperó de sus heridas, cogió peso y creció, posteriormente un grupo de expertos de Holanda determinaron que su vuelta al mar era imposible, por lo que en el 2011 fue trasladada por orden judicial a las instalaciones del Loro Parque en Tenerife al ser un centro referente a nivel Europeo en el cuidado de este tipo de especies.
TRASLADO DE MORGAN AL LOROPARQUE
La orca llegó a Tenerife en un avión procedente de Amsterdam y desde el aeropuerto de Los Rodeos fue trasladada al zoo. En un principio fue instalada en un piscina médica donde los veterinarios la controlaron pasándola posteriormente a las piscinas donde se encontraban el resto de las orcas, no sin antes presentarla ante sus compañeros marinos. En este zoo tenían previsto que Morgan se integrara con sus nuevas compañeras con la utilización de la bioacústica, una técnica que consiste en emitir sonidos grabados y allí se ha entrenado con las demás orcas pero algo estaba sucediendo con ella, según sus cuidadores apenas respondía a los silbidos pero era capaz de reconocer gestos manuales, por lo que intuían que podría estar sorda.
Morgan pertenece al grupo de mamíferos del Atlántico Norte, especializado en la pesca de arenques. Las orcas son de la familia de los delfines y del orden de los cetáceos. En realidad, son el delfín de mayor tamaño y conviven hasta medio centenar con una compleja estructura social. Pueblan todos los océanos y su dieta es muy variada, puesto que no tienen enemigos poderosos. Las que se alimentan de salmones y arenque, se denominan orcas residentes (en aguas de Estados Unidos y Canadá). Las transeúntes pueden comer también focas, marsopas y hasta otras ballenas más pequeñas. En España han sido avistadas en verano en el Estrecho de Gibraltar.
Las hembras dan a luz crías vivas, a las que amamantan, y pueden vivir hasta 80 años. Los machos llegan a los 55. En cautividad, por el contrario, la esperanza vital de ambos se reduce un 60%, según los ecologistas. Cada grupo emite unos sonidos diferentes, para reconocerse y saber dónde están. Cuando el tráfico marítimo es intenso, y hay demasiado ruido ambiente, prolongan las ondas emitidas para no perderse.De ahí que la presunta sordera de Morgan haya podido pesar también a la hora de dejarla en Tenerife.
Numerosos activistas y científicos reclamaban la puesta en el mar de la orca salvaje así como el traslado ilegal que sufrió Morgan, indagaban que cualquiera puede cazar otra orca y llevarla a un delfinario para exhibirla, cuando lo esencial debería ser protegerlas en su entorno .
Retomando lo citado anteriormente, destacar que han realizado un estudio bioacústico para conocer la capacidad auditiva de Morgan y científicos internacionales confirman que la orca sufre una deficiencia auditiva que podría ser muy severa e incluso absoluta, en este estudio también han analizado la capacidad auditiva de varios de los ejemplares de orca. Como resultado comprobaron que en todos ellos se podían registrar respuestas cerebrales ante los estímulos sonoros, excepto en el caso de Morgan. Este estudio confirma las sospechas de nuestro equipo de entrenadores y veterinarios, quienes habían advertido que el animal parecía no responder a las señales sonoras.
AUDIOGRAMA
En las últimas décadas existe una creciente preocupación sobre el efecto perjudicial que el ruido podría tener en la supervivencia de algunas especies de cetáceos. Al respecto, en una investigación llevada a cabo con cetáceos varados y publicada por la revista científica PLOS ONE en 2010, los científicos encontraron que más de la mitad de los delfines mulares padecían pérdidas severas o profundas de su capacidad auditiva. Una de las conclusiones de esta investigación es que debido que los odontocetos (cetáceos con dientes como los delfines y orcas) dependen de la ecolocalización para alimentarse y orientarse, una discapacidad acústica podría llevarles a varar. En este sentido, el estudio recomienda que se evalúe la capacidad acústica de cualquier cetáceo en rehabilitación, ya que puede afectar a su capacidad de supervivencia.
Este tipo de prueba, que consiste en la detección de ondas cerebrales como respuesta a la emisión de un sonido, se utiliza de forma habitual para determinar la capacidad auditiva de los delfines y pequeños cetáceos. Sin embargo su aplicación al estudio acústico de orcas es pionero en el mundo, puesto que sólo existe un precedente con dos ejemplares hace ya catorce años.
Ante la confirmación de esta discapacidad auditiva los entrenadores continuarán realizando las adaptaciones visuales del sistema que utilizan para comunicarse con Morgan. Con el asesoramiento de especialistas en comportamiento animal de la Free University of Berlin, se desarrollarán nuevas líneas de trabajo que permitirán conocer las limitaciones de Morgan con mayor profundidad.
Para finalizar, destacar que los especialistas concluyen que cuando hay cetáceos con esos déficits acústicos graves evitan devolverlos al mar porque podría afectar a su capacidad de supervivencia en su propio medio.
Visto en «blog.loroparque.com» y «sociedad.elpais.com»